Desde hace 15 años, Bélgica tantea la posibilidad de abandonar la energía nuclear entre 2022 y 2025. Un reto con consecuencias, ya que el 55% de la energía que se consume en Bélgica es de origen nuclear. Por otra parte, la Unión europea se ha fijado como objetivo en 2020 que el 20% de la energía consumida provenga de fuentes renovables. El problema es el coste:
las facturas energéticas belgas están entre las más caras de Europa, detrás de Chipre, Malta, España e Irlanda. En el contexto económico actual, la apuesta de la UE parece casi imposible de realizar.Sobre estas cuestiones hemos hablado con Ana Aguado, administradora delegada de la asociación «Friends of the supergrid», que intenta fomentar el uso de energías renovables.
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