El discurso del rey Alberto en Navidad abrió de nuevo la brecha existente entre los partidos flamencos y francófonos. Alberto II evocó la situación de crisis a la que Europa se está enfrentando como una situación delicada, no sólo en el sentido económico, sino también en lo político, haciendo referencia al peligro que representan los partidos populistas en tiempos de crisis, como en los años 30. Varios miembros de la N-VA se sintieron aludidos y se quejaron en todos los medios de comunicación. Al haber refrendado el discurso del Rey, el Primer Ministro Elio Di Rupo fue designado como principal responsable de esa salida de tono, llegando a intervenir en la prensa flamenca en los primeros días de enero para recordar que la N-VA es un partido muy peligroso para Bélgica, ya que quiere caminar hacia la independencia de Flandes. Según toda lógica, esa separación entraría en vigor gracias a una séptima reforma del Estado, la cual daría paso al tan temido Estado confederal belga. Esta situación desencadenó un frenesí generalizado en los medios de comunicación de ambos lados del país.
En Bruselas con Ñ entrevistamos para la ocasión a Laura Calabrese, especialista del discurso mediático en la ULB, que analizó el tratamiento informativo que se está dando a estos asuntos de Estado.
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