La historia de David podría ser la de cualquier expatriado que llega a Bruselas buscando un buen trabajo al calor de la instituciones europeas. Abogado de profesión, este madrileño aterrizó en la capital belga hace año y medio para conocer otros ámbitos y otras formas de trabajo, pero a diferencia de los funcionarios comunitarios, su seguridad laboral no estaba tan garantizada ni su familia venía con él.
En Madrid dejó mujer e hijos y en Bruselas conoció por vez primera la soledad, un sentimiento que lo acompañó en los primeros días de septiembre, pero que pronto se vio mitigado por la presencia, siempre imprescindible, de los libros; un tesoro que guarda como oro en paño y que ahora comparte con los oyentes en la sección de literatura que presenta los sábados en Bruselas con Ñ.
Escuchar: David Cerdán
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