En los años 60 fueron muchos los inmigrantes españoles que desembarcaron en ciudades belgas como Bruselas, Lieja o Charleroi en busca de una vida mejor. La nostalgia era un sentimiento mayoritario entre ellos y, por eso, unos pocos decidieron plasmar sus sentimientos en discos de rumbas y sevillanas que ellos mismos pagaban, producían y distribuían entre la comunidad española asentada en Bélgica.
50 años más tarde, el salmantino Miguel Menéndez se ha propuesto seguir el rastro de estos artistas y conseguir sus vinilos para rescatarlos del olvido. Actualmente cuenta con 40 discos pero sigue buscando más “para recuperarlos antes de que se pierdan”.
Esta es su historia.
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