Los atentados que el 22 de marzo asolaron el aeropuerto y el metro de Bruselas causando 32 muertos han vuelto a poner sobre la mesa los desafíos a los que deben hacer frente los servicios de inteligencia. ¿Por qué no se han prevenido los ataques? ¿Dónde se radicalizan los jóvenes yihadistas? ¿Cómo se puede controlar la entrada y salida de radicales?
José María Gil Garre, director de Estudios de Seguridad del Instituto de Seguridad Global, ha estado con nosotros.
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