En 1928, el Barcelona y la Real Sociedad disputaron en el campo de El Sardinero la final de la Copa del Rey. Ganó el Barça. En ese partido, el portero del Barcelona, Platko, de nacional húngara, sufrió un golpe en la cabeza por el que fue necesario cerrar la herida y vendarla. En esas condiciones, siguió jugando. Ante este gesto épico del guardamenta, el poeta Rafael Alberti compuso su famosa «Oda a Platko». Hoy, mutatis mutandis, en BcÑ le hemos escrito una a Casillas, desde la modestia y la distancia, aunando en él y en ella la épica y la lírica.
Tomás Roncero, redactor jefe del diario As, nos da sus impresiones y recuerdos sobre Íker.
«Oda a Casillas», por Carlos Tejera.
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