El Patronato del Museo Nacional y Centro de Investigación Altamira ha anunciado esta semana la posibilidad de que se produzcan variaciones en el protocolo de visita a la Cueva. El lugar, al que podrán seguir asistiendo unas 250 personas al año, sufre una mayor condensación en los meses de primavera, por lo que se baraja la opción de concentrar las visitas entre junio y febrero. Según José María Ballester, coordinador del Plan Preventivo y de Conservación de la Cueva, se ha producido una leve subida de la temperatura de la Cueva de entre medio y un grado, siendo la habitual de 13,8 grados.
Pilar Fatás, directora de las Cuevas de Altamira.
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