Olga de Soto, madrileña que empezó a bailar a mediados de los años 80, reside ahora en Bélgica donde desarrolla su labor como bailarina y como creadora y coreógrafa. Explorar la memoria corporal es uno de sus signos de identidad a la hora de crear el baile.
Aunque uno de sus últimos proyectos, Mirage, ya lo presentó en Bruselas en febrero, el pasado fin de semana hemos podido verlo a través de una performance en Central for Contemporary Art junto a la exposición artística de Sophie Whettnall.
Leonor Ariño ha hablado con Olga de Soto.
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