En la última década, y con el Brexit como punto de inflexión, el descontento y la desconfianza hacia las instituciones europeas que ha ganado terreno. Además, el crecimiento de fuerzas políticas euroescépticas, ha puesto en entredicho tanto la legitimidad del proceso de integración de la Unión Europea como la identidad europea común.
En este contexto son muchas las voces que asumen que ese crecimiento euroescéptico va de la mano de una pérdida de la identificación con el proyecto europeo. También la inesperada llegada de la peor crisis sanitaria del último siglo ha propiciado un cambio radical en cómo las personas se relacionan, viajan o trabajan, algo que, en última instancia, también está teniendo un impacto directo en la percepción de los ciudadanos comunitarios sobre el proyecto europeo. Por otro lado, el conflicto entre Ucrania y Rusia y la crisis de seguridad europea que ha desatado ha provocado grandes cambios en la agenda política del club comunitario.
Según Clara Beltrán, de Conexx-EU, el futuro de la Unión dependerá de las políticas que se impulsen ahora, por lo que «no es el momento de tomar decisiones inadecuadas». «Creo que la política común de seguridad y defensa ha sido siempre un tabú dentro de la Unión y ahora se han alzado muchas voces diciendo que la UE necesita una voz distinta a la de la OTAN, que busque sus propios intereses y beneficios», señala. Además, afirma que «estamos en una situación en la que es esencial que se pongan en marcha todas las lecciones aprendidas en la crisis de refugiados de 2015«. «Creo que la ciudadanía espera una respuesta mejor y mayor que la que se dio entonces y, además, están expectantes de cómo se van a llevar a cabo las sanciones y si realmente van a ser efectivas», recalca.
Beltrán considera que parte de esa pérdida del sentimiento europeo viene porque la UE no ha sabido comunicar un discurso que cale en los ciudadanos. «La gente no ve que su voto y su voz impacten. Sin duda la UE se ha dado cuenta de que el camino que había empezado a tejer como entidad política no era el camino a seguir», afirma. Por ello, explica que el club comunitario ha empezado a llevar a cabo nuevas inicitivas con las que «bajar el debate de la élite europea a los ciudadanos» como «foros discusión, eventos y conferencias, además de poner en práctica una manera distinta de comunicar su proyecto».
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