Una de piratas… o de bandoleros… de raterillos de tres al cuarto; una de Lázaros de Tormes que luchan contra los elementos de una España pícara y cruel con los perdedores. Esta no es la historia de uno de ellos, pero es la historia de un niño de otra época que creció simpatizando con estos cuentos de tiempos perdidos y personajes castrados; con los piratillas que día a día campan por las calles en la búsqueda de alguien o de algo. De sí mismos tal vez.

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