El avance hacia Bagdad de las fuerzas suníes del Ejército Islámico de Irak y del Levante parece definitivo. Ya han conquistado las principales ciudades del norte como Tikrit y Mosul, aunque todavía quedan los kurdos, con su aparente autonomía y sus potencialidades energéticas.
Esta guerra hay que incardinarla en el marco general de Oriente Medio, en el que parece que con la emergencia de un antiguo pero renovado actor, Irán, se obliga a redefinir junto con EE.UU una nueva relación de fuerzas en equilibrio, tal vez inestable, y quizás una nueva geografía, según informa el NY Tmes, para Yemen, Arabia Saudí, Libia, Irak, Siria.
Esta semana hemos hablado con Roberto Mansilla, analista politíco del IGADI, sobre el conflicto que atiza a Oriente Próximo.
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