En nuestro último programa desgranamos todos los detalles COP26. Por eso, quisimos descubrir cuál era el espíritu que se respiraba en las calles de Glasgow durante los días que duró la cumbre. A lo largo de las dos semanas de reuniones y encuentros entre líderes, hubo también varias protestas que reclamaban el fin del «bla, bla, bla» y las palabras vacías en las negociaciones, para pasar de una vez a la acción.
Así que desde Bruselas con Ñ dimos voz también a la sociedad civil: grupos de ciudadanos y ciudadanas que se unieron para llevar a cabo acciones que visibilizaran la importancia de actuar ya. Una de las iniciativas que se llevó a cabo fue la marcha a Glasgow.
Un pequeño grupo de personas partió del puerto de Bilbao el día 28 de septiembre. Tras un día de navegación y otro de preparación, el día 1 de octubre comenzaron a caminar desde Portsmouth. Recorrieron cerca de 1.000 kilómetros durante casi un mes en el que atravesaron la isla de Gran Bretaña para llegar a Glasgow.
La ruta de 28 etapas de más de 30 km cada una atravesó ciudades como Oxford, Sheffield, Leeds, Newcastle y Edimburgo. Durante la acción se reunieron también con grupos ecologistas locales de Extinction Rebellion pero también de Friends of the Earth o Greenpeace.
Como ellos mismos dicen: “Si andar 1.000 km bajo la lluvia puede ayudar a que la sociedad entienda mejor que nuestro futuro y el de las próximas generaciones se juega en Glasgow, habrá merecido la pena”. Para hablar de esta acción y de cómo vivieron la cumbre, nos acompañó Carlos Buj, participante de la marcha, gestor de proyectos y educador medioambiental.
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