Cada dos veranos, la Grand-Place cubre sus adoquines con una enorme alfombra de flores de 1.680 metros cuadrados, dando color a una plaza que es un tesoro de la arquitectura gótica. La primera vez que se pudo ver este manto floral fue en 1971 gracias a la imaginación y el trabajo de Étienne Stautemas.
Precisamente, este año se rendirá homenaje a aquella primera alfombra y, para ello, se incluirán elementos de la creación del siglo pasado. Los encargados de llevarla acabo son el artista mexicano Roo Aguilar Aguado y Koen Vondenbusch, alumno de Étienne Stautemas y su sucesor Marc Schautteet, que lleva 28 años trabajando en la Alfombra de Flores de Bruselas. En total, han dedicado más de 280 horas a reconstruir el patrón de la alfombra de 1971, basándose en los planos dibujados a mano por Stautemas.
Sin embargo, dar vida a este patrimonio cultural de la capital belga no sería posible sin un centenar de voluntarios que montan la pieza en menos de ocho horas. Además de disfrutar del colorido y los aromas de las flores, los visitantes podrán contemplar la obra a vista de pájaro desde el balcón del Ayuntamiento.
Laia Boloix nos cuenta en «Les Promenades de LB» todos los detalles de la alfombra, su historia y otras curiosidades.
Be the first to comment