Aniceto Rodríguez llegó a Bruselas a finales de los 80 para trabajar como funcionario en las Instituciones europeas, pero pronto se sintió impelido a reunirse con aquellos con los que se identificaba. Fue así como llegó al Casal Catalá, una asociación que ya en los años 30 acogía a los catalanes que llegaban exiliados en ese momento. Presidir esta asociación no le impidió sin embargo conocer la ciudad en la que vive y que lo conmueve por su diversidad social y cultural.
Artículos relacionados
Historias de la emigración. Olga Lutz, entre la docencia y las instituciones comunitarias. 9 de marzo
Esta semana hablamos con Olga Lutz, directora del centro asociado de la UNED en Brusela. Con una amplia carrera en la docencia universitaria y en las instituciones comunitarias, esta licenciada en Derecho, Ciencias Políticas y […]
Bruselas para principiantes. Nos vamos de mercado. 30 de marzo
Con la llegada de la primavera, Bruselas se colma de mercadillos al aire libre que hacen las delicias de los amantes de la segunda mano. Los principios de las «tres R», reducir, reciclar y reutilizar, […]
Bruselas nos gusta
Gracias a Santi Quiñones y a su página de facebook «Bruselas Me Gusta», Bruselas nos gusta a más de 5.000 personas. En BMG podrá encontrar toda la actualidad y eventos de interés para los hispanohablantes […]
Be the first to comment