Las historias siempre nos han acompañado y gracias a ellas hemos escapado de este mundo y nos hemos refugiado en otros. Este amor por los relatos es la base de nuestro gusto por la lectura y nos ayuda a crear nuestros valores, personalidad, intereses y gustos, y es que si sabemos cocinarlo a fuego lento desde los primeros años, esta costumbre puede hacer de un niño, un lector apasionado de por vida.
Al fin y al cabo los hábitos que se aprenden en la infancia se mantienen con mayor facilidad a lo largo del tiempo y es importante que se introduzcan de la forma correcta. Para ayudar en este proceso la labor de los centros escolares o las bibliotecas es fundamental. Es el caso del Instituto Cervantes de Bruselas. Desde esta institución, llevan a cabo diferentes labores para promover la lectura infantil como talleres de creatividad, clases o programas de lectura. Sílvia Montero, responsable de la biblioteca, nos ha explicado cómo gestionan esta área y qué actividades están ahora en marcha.
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