Hoy a las 19h vuelve el Club de Lectura del Instituto Cervantes de Bruselas. Esta vez, el ciclo propone novelas de menos de 250 páginas.
La lectura escogida para abrir el año 2023 es La memoria del alambre de la valenciana Bárbara Blasco. La obra muestra la relación de amistad entre dos adolescentes en la Valencia de fiestas y discotecas de finales de los años 80.
En febrero, los lectores se quedarán en Comunitat Valenciana gracias a Spanish Beauty de Esther García Llovet. La primera entrega de la Trilogía de los países del Este, retrata un Benidorm «plagado de mafiosos ingleses, rusos millonarios, billares cutres de sótano y rascacielos a medio construir».
La primavera llegará entre las páginas de Los días perfectos de Jacobo Bergareche, que protagonizará el club de marzo. Es la historia de un periodista cansado de su trabajo y de su matrimonio que planea asistir a un congreso en Austin, Texas. El viaje es una coartada para encontrarse con Camila, su amante. Cuando está a punto de verla, recibe un mensaje en el que dice que lo deja.
Literatura, la primera novela del guionista Daniel Remón es la lectura escogida para el mes abril. Una noche Teo, un niño de tres años, le pide a su tío Daniel que le cuente un cuento. Pero no cualquiera, sino uno que incluya a un niño llamado Teo, un coche rojo, una bruja buena y una mala, un monstruo, una maleta y un montón de dinero.
En el mes de mayo volverá la novela negra con Hoy no quiero matar a nadie de Boris Quercia. La obra lleva a los lectores a las calles del centro de la ciudad de Santiago de Chile, donde camina Santiago Quiñones. Un policía demasiado sensible para el trabajo sucio que le toca hacer.
Cauterio de Lucía Lijtmaer, elegida por algunos oyentes como el mejor libro que habían leído en 2022, cierra el club antes de las vacaciones de verano. Una novela redonda sobre la huida del dolor como forma de supervivencia y la rebelión ante los roles de género contemporáneos.
Escucha todos los detalles en la sección de literatura del programa Verso de portada, que realizamos junto a la responsable de la biblioteca del Cervantes, Sílvia Montero.
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