Lluís Herrera-Portugal Hurtado, presidente del Consejo Nacional de Empresas de Peluquería y Estética de España, CONEPE, nos cuenta que, cuando se decretó el estado de alarma, el Gobierno dijo que las peluquerías eran un bien de primera necesidad, pero le advirtieron de que representaban un alto riesgo y rectificó. Ahora, cuando pueden abrir, muchas no encuentran material para poder atender convenientemente a las clientas y no reciben ayudas para adquirirlo; casi la mitad de las peluquerías en nuestro país van a tener que cerrar para siempre.