Nos lo cuenta Luz Casal, a quien el confinamiento pilló en Málaga, lejos de su casa. Decidió, entonces, que en lugar de ofrecer su música, como otros compañeros -puesto que las canciones ya están disponibles en las redes- hablaría con la gente que deseara ponerse en contacto con ella. Casi dos horas diarias de conversación durante dos meses: personas de toda clase social, diferentes edades y, casi, más hombres que mujeres, han podido disfrutar del consuelo y de las palabras de esta grande de la música española.