El pasado jueves 27 de enero fue el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto. Una de las asociaciones de Bélgica que hace un gran esfuerzo para preservar esta memoria es la Association pour la Mémoire de la Shoah (AMS). Esta entidad, junto a otras de Bélgica que apoyan en la investigación de las historias, se encarga de la implantación de los adoquines de la memoria, conocidos como Stolperstein, palabra alemana que designa una piedra en el camino que puede hacer tropezar al caminante.
En Bruselas son de cubos de cemento que, en la parte superior, llevan incrustadas una placa de latón donde se encuentran grabados los datos esenciales de la persona que se conmemora. Se colocan en las aceras incrustados y solo sobresale la parte de latón. Este resalte podría ser, “motivo” para ocasionar un tropiezo al caminante. En esto se basa su nombre. Pero lo que se pretende es que la persona, al verlo en el camino, se detenga y se incline para leer lo que en la placa está escrito. Esta inclinación podría equivaler a un gesto de respeto por la persona que se recuerda.
Hablamos con Marcel Zalc, el presidente de l’ Association pour la Mémoire de la Shoah y a Caroline De Wilde, asistente de esta entidad, para conocer la labor de la Association pour la Mémoire de la Shoah.
Be the first to comment