Movilidad y alojamiento, los dos grandes retos de la capital de Europa

En el programa de esta semana quisimos entender el porqué de dos de los desafíos que afectan a la capital de Bélgica: la dificultad para encontrar alojamiento y la movilidad.

Encontrar piso en Bruselas puede ser toda una odisea. Pero, ¿por qué sucede esto? ¿tienen solución? ¿qué está haciendo el gobierno para mejorar esta situación? Para responder a estas preguntas, hablamos con Jean Michel Bleus, responsable de urbanismo de la asociación ARAU.

ARAU lleva a cabo también muchos proyectos para mejorar la movilidad en la ciudad ya que el objetivo de la organización es hacer de Bruselas un lugar por y para los ciudadanos.

Aprovechando su visita al estudio, quisimos hablar con él del plan Good Move, un proyecto compuesto por unas cincuenta acciones que el Gobierno de Bruselas y las distintas comunas han lanzado para mejorar la movilidad en la ciudad. En este plan, está previsto, por ejemplo, convertir en peatonales algunas partes de la ciudad o prohibirlas al tráfico.

Bruselas es una de las ciudades donde hay más embotellamientos. De hecho, en 2021, fue la tercera ciudad del mundo con más atascos, según el informe anual de la empresa estadounidense Inrix. Un documento en el que se evalúan más de 1.000 ciudades de todo el mundo. A finales de 2022, antes de irnos de vacaciones de Navidad, el Good Move era noticia cada semana. 

Algunas comunas lo empezaron a implementar y esto generó incluso disturbios entre los vecinos que eran partidarios de esta iniciativa y los que estaban en contra. En Schaerbeek, por ejemplo, durante varios días algunos ciudadanos retiraban los bloques de hormigón que prohibían el tráfico y al día siguiente los que apoyaban el plan los colocaban. 

Hubo protestas y se vivieron fuertes momentos de tensión. Tan grave fue la situación que incluso se suspendió la aplicación del plan. Y, días después, el alcalde de la región de Bruselas, Rudi Vervoort pidió también la suspensión en los lugares donde generara conflicto. De hecho, Jette y Voluvé-Sant-Lambert también lo paralizaron.

Algunos comerciantes se quejan de que si se prohíbe el tráfico de automóviles, las ventas van a disminuir. Sin embargo, hace unas semanas los medios belgas se hacían eco de un estudio del Ayuntamiento de Bruselas en el que se afirmaba que en las calles del centro donde ya se ha aplicado el plan, no ha habido ningún cambio para los establecimientos. Es más, ha habido un 13% más de personas que se han acercado a estos locales.

 

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